sábado, 1 de septiembre de 2012

Diferencia entre gilgamesh mezopotamico y el noe biblico



Diferencia  entre gilgamesh mezopotamico y el noe biblico

La Epopeya de Gilgamesh o Poema de Gilgamesh es una narración de origen sumerio, considerada como la narración escrita más antigua de la historia. Se emplearon tablillas de arcilla y escritura cuneiforme, lo cual favoreció su preservación. La versión más completa preservada hasta la actualidad consta de doce tablillas. La obra es muy leída en traducciones a diversos idiomas y el héroe, Gilgamesh, ha pasado a ser un icono de la cultura popular.

Trata sobre las aventuras del rey Gilgamesh y su amigo Enkidu.


La obra gira en torno a dos temáticas, las primeras seis tablillas describen la búsqueda de la gloria y las restantes la búsqueda de la inmortalidad.
Si caigo, habré conquistado la fama.
La gente dirá: 'Gilgamesh cayó
luchando contra el fiero Humbaba!...
Estoy decidido a penetrar en el bosque de los cedros,
Hasta ahora es feliz mi corazón:
oigo este canto, veo una flor
quiero fundar mi gloria.


Influencia en la literatura posterior

Según el investigador griego Ioannis Kordatos, hay un gran número de versos paralelos, así como episodios y temas que indican una influencia importante del Poema de Gilgamesh en La Odisea de Homero.

La influencia de este poema en algunos de los capítulos de la Biblia (buena parte de la cual, no ha de olvidarse, se redacta en época del cautiverio de los judios en Babilonia, en torno al S. VI a. C.) es más que notable, como por otro lado lo fue en general todo lo que aprendieron y descubrieron en aquel tiempo (la Torre de Babel, la meretriz de Babilonia y tantas referencias relacionadas). Dos son los elementos más claramente copiados por el canon hebreo al poema sumerio de Gilgamesh.
Uno es el mito del gran diluvio al que escapó un elegido por los dioses, antecedente claro de la historia del Arca de Noé que aparece en la Biblia.
Dado que el mito de Gilgamesh tiene una antigüedad mínima (probablemente mayor siendo esta la fecha de compilación al akkadio) situada al menos en 1300 a. C. es obvio que la Biblia toma prestados y reelabora los mitos del antiquísimo pueblo sumerio y no al revés, como en ocasiones pretenden algunos autores.

El dios del Antiguo Testamento inundó el mundo para castigar al ser humano por su maldad, pero antes avisó a un hombre con la antelación necesaria para que pusiera a salvo a su familia y gran número de animales. Para quienes creen en la literalidad de la Biblia, el Diluvio Universal es un suceso histórico.


Según el Génesis, poco después de la Creación, la corrupción se generalizó entre los hombres hasta tal punto que Yahvé se arrepintió de su obra y decidió acabar con todos los seres vivos. Sin embargo, mostró piedad hacia Noé -"el varón más justo y cabal de su tiempo" (Gén. 6, 9)- y le dio instrucciones para que construyera una embarcación de tres cubiertas en la que encontraran refugio él, su mujer, sus tres hijos y las esposas de éstos.
Un barco inmenso

Quienes consideran la Biblia un libro de historia dicen que sí. Son millones de personas en Occidente. Otros muchos millones creen que la narración del Antiguo Testamento se refiere a lo ocurrido durante una inundación en Mesopotamia, la región del Tigris y el Éufrates, y también hay quien piensa que todo es un mito: que nunca hubo un arca, ni un Noé, ni nada parecido. La idea de una inundación universal se ve aparentemente respaldada porque existen en el mundo más de 250 relatos de esta naturaleza, desde Mesopotamia hasta los pueblos indígenas americanos, pasando por India y China. Así, pues, examinemos si fue posible.
No se conoce ningún mecanismo natural por el cual pueda quedar sumergido todo el planeta, hasta las montañas más altas. Además, ¿dónde fue a parar después toda esa agua? Cabe aducir que cayó de la nada y fue a parar a la nada gracias a sendos milagros divinos; pero la historia y la ciencia no entienden de milagros, fenómenos que, por cierto, han ido desapareciendo según ha ido avanzando el conocimiento humano. Desde el punto de vista logístico, tampoco resulta factible que Noé y los suyos -cuatro hombres y cuatro mujeres- afrontaran con éxito la tarea que Yahvé encargó al primero.
El dios del Antiguo Testamento pide a Noé que construya un arca de madera de 140 metros de largo, 23 de ancho y 14 de alto. Un navío grande; pero no lo suficiente como para meter en él a una pareja de cada especie viviente. Porque, en 2005, había identificadas en la Tierra 1.085.000 especies de insectos, 400.000 de bacterias, 270.000 de plantas, 72.000 de hongos, 19.000 de peces, 9.700 de aves, 6.300 de reptiles, 5.000 de virus, 4.300 de mamíferos, 4.200 de anfibios, según el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas. Y se cree que hay muchas más que no conocemos.
 Eso por no hablar de cómo llegaron hasta el arca los pingüinos, los dragones de Komodo, los canguros, los pandas...; y de cómo repoblaron luego el mundo de tal manera que, nada más salir, el lobo no se merendara al conejo o éste no se comiera la zanahoria recién brotada.


Los geólogos no han encontrado ni rastro de una inundación planetaria hace miles o millones de años. Las pruebas contra la veracidad histórica del relato bíblico son tan sólidas, que mucha gente se inclina por un fenómeno local ocurrido en Mesopotamia para explicar lo vivido por Noé. ¿Pero cómo va a acabar Yahvé con todos los seres vivos de la Tierra inundando sólo una región? ¿Por qué Noé construye un arca cuando podía, simplemente, haberse ido con los suyos caminando a otra parte? ¿Por qué tiene que coger una pareja de cada especie, incluidas aves que podían salir volando más allá de la zona anegada?... Demasiadas preguntas sin respuesta. La que lo tiene es la de por qué existen múltiples tradiciones diluviales. 



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